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Recientemente votado el Número 2 del mundo (fuera de Estados Unidos) por Golf Digest. Y en verdad, este Links del Siglo XIX ofrece una experiencia única. A una hora al norte de Inverness, en la costa este de encuentra uno de los lugares más especiales del mundo para los amantes del golf. Muchos son los estadounidenses que vuelan overseas para llegar a este pueblo del norte de Escocia. El campo ha pasado por tres reformas, y ha estado en manos de hasta cuatro diseñadores; incluido Old Tom Morris. La última vez que se cambió algo en su diseño, fue en 1945 tras la guerra mundial. La casa club es sencilla, pero muy bonita. La pro-shop acaba de ser redecorada y tiene vistas estupendas a través de una cristalera. Lo mismo pasa con su cristalera en el segundo piso. Aunque el campo pertenezca a la misma propiedad que el Royal Dornoch Hotel, el hotel vecino, no trabajan conjuntamente pero tienen muy buena relación. De hecho, recomiendo hablar con Sapphire Viajes para conseguir buenos descuentos en esta monada de hotel, situado junto al tee del 1. Los dos primeros hoyos son especiales, puesto que el hecho de pisar las fairways por las que tantos grandes jugadores han pasado hacen que entren escalofrios. The real deal empieza a partir de su hoyo 4, cuando el campo se abre al Mar del Norte y prácticamente todos los hoyos tienen vista a mar abierto. Los hoyos de abajo transmiten la sensación de estar andando por la playa. Y es que en efecto, en Escocia “It’s always a golf beach day”- FGC Algo curioso, nos encontramos una estrella de mar en el hoyo del green del 10. ¿Cómo llegó ahí? Alguna gaviota fallaría con la pesca, ¡pero acertó con el hoyo en uno! Recomiendo los mussels en salsa de vino blanco y garlic del agradable restaurante del Hotel Royal Dornoch, después de tomar un aperitivo en su chimenea. Lo jugamos el primer día de la temporada de 2018. Una gran experiencia. I’ll be back!
Recientemente votado el Número 2 del mundo (fuera de Estados Unidos) por Golf Digest. Y en verdad, este Links del Siglo XIX ofrece una experiencia única. A una hora al norte de Inverness, en la costa este de encuentra uno de los lugares más especiales del mundo para los amantes del golf. Muchos son los estadounidenses que vuelan overseas para llegar a este pueblo del norte de Escocia. El campo ha pasado por tres reformas, y ha estado en manos de hasta cuatro diseñadores; incluido Old Tom Morris. La última vez que se cambió algo en su diseño, fue en 1945 tras la guerra mundial. La casa club es sencilla, pero muy bonita. La pro-shop acaba de ser redecorada y tiene vistas estupendas a través de una cristalera. Lo mismo pasa con su cristalera en el segundo piso. Aunque el campo pertenezca a la misma propiedad que el Royal Dornoch Hotel, el hotel vecino, no trabajan conjuntamente pero tienen muy buena relación. De hecho, recomiendo hablar con Sapphire Viajes para conseguir buenos descuentos en esta monada de hotel, situado junto al tee del 1. Los dos primeros hoyos son especiales, puesto que el hecho de pisar las fairways por las que tantos grandes jugadores han pasado hacen que entren escalofrios. The real deal empieza a partir de su hoyo 4, cuando el campo se abre al Mar del Norte y prácticamente todos los hoyos tienen vista a mar abierto. Los hoyos de abajo transmiten la sensación de estar andando por la playa. Y es que en efecto, en Escocia “It’s always a golf beach day”- FGC Algo curioso, nos encontramos una estrella de mar en el hoyo del green del 10. ¿Cómo llegó ahí? Alguna gaviota fallaría con la pesca, ¡pero acertó con el hoyo en uno! Recomiendo los mussels en salsa de vino blanco y garlic del agradable restaurante del Hotel Royal Dornoch, después de tomar un aperitivo en su chimenea. Lo jugamos el primer día de la temporada de 2018. Una gran experiencia. I’ll be back!